Pocas veces con una frase tan sencilla, pero a la vez tan potente, puede resumir una filosofía llevada a la práctica durante cerca de 50 años de amor al baloncesto y 35 de labor como docente. Pocas veces se puede simplificar de una forma tan clara la misión, visión y principios de una Fundación.

Eso era Otto: sencillez, humildad e inteligencia; esto hacía Otto: dejarnos su impronta a todos los que tuvimos la suerte de recibir su magisterio, por su manera de transmitir y la ilusión que desprendía.

Nuestra intención y desvelo, es mantener viva la filosofía de Otto, así como potenciarla, creando y apoyando iniciativas que fomenten en nuestros jóvenes la práctica deportiva, ya que, como Otto en su momento y ahora como las personas que nos hemos unido a este proyecto, consideramos el deporte como fuente de valores y elemento dinamizador de aptitudes positivas frente a los desafíos de la vida diaria.

Por otro lado, no queremos olvidar la formación académica y, sobre todo, la igualdad de oportunidades en el acceso a la misma. Es por lo que buscaremos el desarrollo de programas para la mejora del desempeño académico de nuestra juventud, con especial interés en chicos y chicas en riesgo de exclusión social.

Hemos hablado de la humidad y sencillez de la figura de Otto.
Jose Luis Jiménez del Nido, Otto del Nido, fue dos años nombrado mejor jugador de baloncesto de Málaga entre finales de los 60 y comienzos de los 70; entrenador durante cerca de cuarenta años, entre los que desempeñó también la tarea de director de la Cantera de Unicaja; docente en el Colegio San Jose, donde durante 12 años fue su Director Titular; patrón de la Fundación Loyola, tras dejar la dirección del centro.
Quizás, una de las enseñanzas más valiosas que nos dejó fue que con humildad y sencillez, combinadas con ilusión y compromiso con unos principios, se pueden hacer grandes cosas, aportar mucho bien a la vida de muchas personas y hacer que nuestro entorno más cercano sea un poco mejor tras nuestro paso.

Gracias Otto!! Vamos a ello!!